En estos días, parece que todos los demás titulares tratan sobre la vacuna pendiente contra el coronavirus.
Muchos, especialmente en la izquierda, parecen creer que la vacuna será una especie de santo grial que nos permitirá volver a una semejanza de la “normalidad”.
Desafortunadamente, incluso con la vacuna, no parece que la “normalidad” volverá pronto: la vacuna podría evitar que contraigas un caso particularmente grave del coronavirus, pero nadie sabe todavía si realmente afectará la propagación del virus.
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El Dr. Anthony Fauci apareció en el programa “New Day” de CNN el lunes, donde admitió que tomará tiempo determinar si los vacunados asintomáticos aún podrían infectar a otros.
“Bueno, eso es posible”, dijo Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
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“Vamos a saber la respuesta a eso a medida que sigamos monitorizando a la gente por más tiempo”.
“La vacuna contra Covid-19 no mostrará un impacto en la tasa de mortalidad de inmediato, dice el Dr. Anthony Fauci”, tuiteó New Day, un programa de CNN.
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“‘[Es] probable que no veas una disminución medible durante al menos varias semanas, si no más. Pero llegará, te lo prometo'”.
The Covid-19 vaccine will not show an impact on mortality rate immediately, Dr. Anthony Fauci says.
“[It’s] likely you’re not going to see a measurable diminution for at least several weeks, if not longer. But it will come, I guarantee you.” pic.twitter.com/ofotpjqHyb
— New Day (@NewDay) December 7, 2020
Según The New York Times, los ensayos de los fabricantes de la vacuna, Pfizer y Moderna, solo monitorearon si las personas vacunadas se enfermaron.
Los ensayos no monitorearon si las personas vacunadas contrajeron el virus sin desarrollar síntomas y si esos portadores asintomáticos podrían propagar el virus a través de sus comunidades.
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Esta es una verdad bastante oscura. Significa que es posible que la vacuna ni siquiera pueda ayudar a “detener la propagación”.
La vacuna podría evitar que las personas se enfermen tanto como lo harían sin ella, pero la gran mayoría de los que contraen la enfermedad ya sobreviven sin una vacuna, y los que no lo hacen son casi unánimemente ancianos o están en alto riesgo debido a comorbilidades.
Por supuesto, nadie quiere enfermarse. Si la vacuna significa que las personas se enferman menos — y si puede reducir cualquier efecto a largo plazo del virus — eso es indudablemente algo bueno.
Sin embargo, la mayor preocupación con respecto al regreso a la normalidad es la propagación en la comunidad, y no hay forma de saber en este momento si la vacuna reduce la propagación en la comunidad.
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O sea, parece que las máscaras y el distanciamiento social están aquí para quedarse, incluso después de la administración de vacuna.
Esto no es exactamente sorprendente. Es obvio en este momento que gran parte de la izquierda política está obsesionada con las máscaras y quiere que las usemos todo el tiempo.
¿Por qué dejar que llegara algo como una vacuna y eliminar la necesidad de tanta intervención del gobierno en la vida cotidiana del estadounidense promedio?
Al menos finalmente están admitiendo que esto no terminará pronto.
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